BEATRIZ
Le echo un vistazo al portafolio que me muestra Gary, en la tablet, es muy bueno, me atrevería a decir que incluso mejor que yo, lo cual me sorprende, ya había escuchado de un joven talento inglés que estaba rompiendo las barreras del arte, pero nunca, ni en mis más locos sueños, había visto algo como esto.
Es decir, su trabajo es irreal y tan sereno a la vez, sus obras deberían ser llamadas obras de arte puras. Me quedo callada cuando él de la nada, toma mis manos y les da un beso, el tacto me hace sonreír.
—Es un placer conocer a la mujer más talentosa —susurra en tono meloso.
—El placer es mío —le regalo la sonrisa más genuina que tengo.
—Martín y Luca me han contado lo de la galería, y me gustaría que tratáramos mejor, debo admitir que la propuesta de trabajar con ustedes es tentadora —expresa ladeando una media sonrisa.
Detalla mi rostro con ímpetu y es cuando noto que debo tener un aspecto horrible, anoche cuando llegué a casa, ni siquiera me preocupé por darle una