Todo parecía en blanco y negro sin sonido alguno, veía a Adam y Leo gritar, agitar los brazos y caminar de aquí para allá. Samuel estaba de pie con las dos manos en la puerta, su cabeza colgaba entre los brazos; estaba riendo como un maniático. Les había contado lo necesario.
Era un caos pero supongo que entre risas y gritos, todo parecía irreal. Rayando en la locura.
-¿Por qué no lo dijiste antes? pudimos buscar una solución a todo esto, antes de hablar con los padres alfa…. - Adam estaba enloquecido.
-¿Y qué te iba a decir?, que le gusta una hembra de otra especie, seamos honestos: no sabrías cómo manejarlo, solo miralo ¡MIRALO!, ni él sabe cómo manejarlo…- Leo agitaba los brazos hacia mí, para así enfatizar su molestia.
Samuel seguía riéndose como loco en su lugar sin prestar atención a la discusión.
-El no sabe si realmente le gusta ... y menos que sea su compañera…. ¿Cierto Ragnar?....- Adam quería defender las leyes de la Diosa Luna. O eso creía yo en algún punto.
Pero yo no