Cuando Fernando llegó no había nadie en la residencia, lo primero que hizo fue ir a la habitación principal, pudo comprobar que Anna se estaba quedando allí. Así que decidió esperarla, tarde o temprano llegaría.
La joven llegó cuando ya estaba anocheciendo, se sentía tan cansada que no se percató de la presencia de Fernando hasta que este le habló.
_ Sabía que te encontraría aquí_ le dijo sonriendo_¿Me vas a odiar indefinidamente o podemos hablar de manera civilizada en algún momento?
Anna frunció el ceño e hizo un movimiento con la cabeza.
_ ¿Porqué no me sorprende tu presencia aquí?
_ refunfuñó ella_ Ya que estás aquí, no tengo más opción que sentarme y hablar contigo.
Por dentro sintió mucha paz al verlo. Se sentía muy sola y melancólica, pero era muy orgullosa y no lo iba a admitir fácilmente.
Fernando sonrió. La conocía, él ya sabía que Anna lo había perdonado o al menos ya no estaba tan enojada.
_ ¿Te parece que para hacer las pases, vayamos al restaurante de pastas que tanto t