En la tarde Anna apareció en la oficina, con un semblante radiante, como si no hubiese pasado nada. El ya tener todo ideado, le había ayudado a despejarse.
_ Patricia ¿Alonso ya llegó?_ dijo sonriente.
_ Aún no Anna, pero debe estar por venir_ miró unos papeles_ esto llegó hoy temprano.
Anna leyó atentamente. Eran invitaciones para la fiesta de la empresa de Victor Balbuena.
La joven sonrió pensativa, tenía una expresión burlona.
_ Bien, yo se las daré a Alonso, no te preocupes_ le dijo Anna jugueteando con las invitaciones.
Entró a la oficina de su novio y se sentó, cruzándose de piernas.
_ ¡Ay Thelma, como me voy a divertir contigo!_ dijo pensando en alto_ No tienes una mínima idea de con quien te metiste.
De la ingenua y bondadosa Anna quedaba muy poco. Todo para ella se había vuelto demasiado personal.
Cuando Alonso llegó, ella de un salto terminó en los brazos de él.
_ ¡Anna mi amor! no te esperaba, me has dado una hermosa sorpresa.
Verla allí le daba cierta tranquilidad.