— ¡PERRA!
Le doy la espalda dejándolo gritar solo y luego cruzo la puerta riendo, cerrándola con la mayor amabilidad.
— ¿Fue buena la conversación? — me encuentra afuera, su cara un poco diferente a la anterior.
— F— fue... — Dudo al analizar su comportamiento.
— ¡El médico me acaba de hablar de Peter!
"¡Maldita sea!"
— ¿No me ibas a decir?
"¡Si le contara todo lo que me ha estado pasando en los últimos días, es probable que se vuelva loca!"
— Si pero...
— Mila — ella alcanza mis manos como siempre, tomándolas — para ella con sus cálidos y suaves dedos. — No quiero que tengas miedo de decirme cosas, ¿de acuerdo? — anotó. — ¡Soy tu amigo y puedes confiar en mí!
Ya no sé en quié