Emily sale del auto ignorando completamente a Nicolay, se encuentra furiosa con él por los gritos dentro del auto. Prácticamente le dijo que de ahora en adelante iba a hacer su prisionera, algo de lo que ya habían hablado y de lo que habían acordado no volver a platicar. Ella le dijo también a gritos que ella era una persona y no una posesión, pero él de manera arrogante le escupió en la cara que, mientras estuviese embarazada de él, simplemente lo era.

Nicolay sale detrás de ella depositando el vaso con café sin haberlo probado en una de las papeleras. Le da una, dos, tres veces la voz de alto, pero ella ni siquiera voltea a verlo. Su rostro desfigurado por la rabia hace que todo aquel que se le atraviese se abstenga de hablarle porque las consecuencias no serán buenas.

—¡Nico! —Becky lo llama y él se detiene porque la bebita goza de todo su cariño y no debe ser grosero con ella.

Una promesa que le hizo a Emily, con quién se encuentra definitivamente enfadado hasta los huesos.

—Peque