Natalia.-
Aun la adrenalina fluía por mis venas, mi pecho agitada con cada respiración acelerada, a ver visto a Oswald en esas condiciones, me llevó directamente al pasado, fue como ver a mi padre, Fedora siempre me decía que era la depresión, esas jeringas, las reconocía perfectamente, mi papá murió de repente sin aviso le echaron la culpa al alcohol y a la depresión ¡Me mintió!
Mi memoria va hacía años atrás una noche me desperté vi la puerta de la habitación de mis padres abierta y descubrí a Fedora inyectándole algo, luego me dijo que era Vitamina B.
— ¿Natalia? –Sentí la mano sudorosa de Vincent sobre la mía. – ¿Qué pasa? –Me pregunta Leticia mirándome a través del espejo retrovisor.
— Acabo de descubrir que Fedora es más peligrosa de lo que imaginábamos.
— Así es, está envenenando a su esposo, el tipo está como si estuviera en coma, no se puede mover. –Comentó Vincent.
— Esperemos que ese celular nos lleve hasta tu hija Natalia.
Llegamos al apartamento de Leticia, cuando vi a Er