Confundida y aturdida, Ariam se apartó de Derek, tratando de recuperar el control de sus emociones. Su cuerpo temblaba de excitación, y su mente no dejaba de repetir el momento en que los brazos de Derek la rodearon con pasión. Con un tono entrecortado, tartamudeó:
−Ayúdame, por favor, no quiero fallar en la cena − le suplicó mientras trataba de controlar su voz temblorosa.
Derek la observaba con el ceño fruncido, escudriñando su rostro con sus ojos grises, tratando de entender qué estaba sucediendo.
−Por su puesto que te ayudaré, aunque ya tú estás más que preparada, para conseguir esta misión −Le dijo Derek con la voz ronca.
Él le acarició la mejilla de Ariam con dulzura, haciendo que su corazón latiera con fuerza. Con cuidado, apartó un mechón de su cabello y lo colocó detrás de su oreja, causando en ella un escalofrío placentero. Sus ojos grises parecían escudriñar su alma, dejándola vulnerable y expuesta ante su mirada.
Ariam estaba hechizada por aquel hombre, quien tenía un magn