Derek y Ariam salieron de la casa y se encontraron en la entrada, donde su Camaro negro estaba estacionado. Derek se acercó a ella y le abrió la puerta del auto con un gesto caballeroso. Ella subió al asiento del copiloto mientras no dejaba de admirar el vehículo deportivo, a pesar de haberlo conducido, todavía seguía quedándose fascinada.
Derek se sentó en el asiento del conductor, ajustó el retrovisor y encendió el motor. El sonido del rugido del motor hizo que Ariam sintiera una descarga de adrenalina en el cuerpo. Él hundió el pie en el acelerador y el auto salió disparado de la entrada, dejando una estela de polvo detrás.
A medida que avanzaban por las calles, el viento soplaba en el cabello de Ariam. La ciudad estaba llena de vida, y los edificios altos y brillantes se alzaban hacia el cielo. Derek condujo hábilmente a través del tráfico, cambiando de carril con facilidad y dejando atrás a otros conductores.
Los hombres de Derek los seguían de cerca en otros autos, asegurándose