"Tienes que venir con nosotros", dijo el más alto de los dos hombres. Estaba justo al lado de mi cama. Había armas apuntándome desde dos ángulos. Un movimiento en falso y moriría.
"Me ordenaron que me quedara en casa". Me encogí de hombros.
No haría ningún movimiento en falso. Sentí una profunda ca