Capítulo 90
Cuando volvimos a la habitación, Santiago no tardó en empezar a conversar con Clarisa, Quería saber más de ella, conocer a la persona que le había salvado la vida. Me senté en la silla al lado de la cama, escuchando en silencio.
—¿Tienes familia en Chicago? —le preguntó él, con tono amable.
—No —respondió, bajando un poco la mirada —. No tengo a nadie, nunca fui adoptada y Siempre viví en hogares temporales, No tengo casa, ni pertenencias. Solo una maleta y la ropa que traigo puesta.
Nos miramos y se inmediato nos conectamos, Santiago y yo lo decidimos en ese instante lo mismo
—Vas a venir a vivir con nosotros —le dije—. No podemos hacer menos por alguien que nos dio una segunda oportunidad, en nuestra casa no te faltará nada
—Es lo justo —añadió Santiago—. Te ganaste un lugar en esta familia, y yo personalmente me declaro tu protector
Clarisa se quedó en silencio unos segundos, con los ojos abiertos, muy sorprendida Sonrió tímidamente
—Gracias… No sé qué decir, nunca tu