Capítulo 56
Aquella noticia me paralizó el alma, mi pequeño no podía estar enfermo, la idea me quebraba por completo.
—Doctor, dígame qué puedo hacer —le pedí con la voz entrecortada—. Por favor, haré lo que sea. Solo quiero salvar a mi hijo, no me importa.
El médico me miró con seriedad. Suspiro un momento y luego bajó la voz, se dió cuenta de mi desesperación, de la angustia de una madre a la que le dicen que su pequeño está en peligro.
—¿Podemos hablar a solas? Necesito explicarle algunas cosas importantes, y si usted es la madre creo que deberíamos hacerlo en privado.
Mark de inmediato se acerco, intentando imponerse.
—Yo también soy su padre. Tengo derecho a saber qué le pasa, así que iré a esa reunión.
—No iras —le dije firme—. Tú no vas a entrar. Quédate aquí, porque no te preocupaste por la salud de tu hijo.
—¡No puedes dejarme afuera! —protestó él mientras me agarraba del brazo
—Te odio, Mark. Te odio con todo lo que tengo. No quiero que estés ni cerca de mi hijo ahora, no de