Desperté.
El techo era gris, la luz nítida, se oía el pitido de un monitor a un lado. Sentía mi mano helada y que algo viajaba por mis venas, miré hacia un lado y ahí estaba el equipo de infusión invadiendo mi vena del dorso de mi mano izquierda.—Hasta que despiertas —dijo una voz a mi derecha.Giré mi cabeza para verlo, Mason. Cuando le miré, él desvió la mirada hacia el techo. No podía creer como pude haber caído tan bajo nuevamente « ¿Cuándo mantendrás el hocico cerrado Lisa?» me reclamó mi subconsciente. Sin responder a lo que aquel chico que estaba a mi derecha, dirigí mi atención hacia la puerta donde se encontraba Andrew, posiblemente agonizando por el gemido que provenía desde ahí.—Ni lo pienses —espetó Mason como si se tratara de mi padre o mi hermano cuando vio incorporarme.Estaba dispuesta a enfrentar a aquel chico Cruz quien me había provocado otro martirio, quería probar que podía repeler cualquier cosa que él me transmitiera y poder ayudar