—Lina, ¡rápido, arranca el coche!
Lina pisó el acelerador de manera decidida, y el vehículo plateado se desvaneció rápidamente de la vista de la multitud.
En el camino, Alberto sostenía su teléfono y no dejaba de revisar las tendencias, mostrándoselo ocasionalmente a Lina.
—Mira, alguien dice que eres mi enamorada de toda la vida desde que éramos niños.
—Y esta, dice que nos conocimos en Mauricio y fue amor a primera vista, como una llama ardiente.—
—Esta es aún más absurda, dice que eres una especie de criada comprada por mi madre.
Lina negó con la cabeza sin palabras: —Los usuarios de internet realmente tienen una imaginación enorme.
—Y también...
—¿Y qué más?
—También hay insultos hacia ti...
Lina le hizo a Alberto una expresión maliciosa: —¡Me dan ganas de golpearte!
El elegante coche deportivo se desplazaba por la noche.
Un camión de escombros, sin previo aviso, cambió de carril y se lanzó directo hacia el auto deportivo de Lina.
La velocidad era extremadamente alta,