130. Capítulo: Ultrasonido
Verónika estaba sentada en una silla junto a la cama de su hija Sídney. Aunque Verónika estaba agradecida de que su hija estuviera viva y en camino hacia una recuperación completa, extrañaba tenerla en casa.
El médico entró a la habitación con una gran sonrisa en su rostro. Era un hombre amable y cálido, y había estado cuidando de Sídney desde el día del accidente. La pequeña estaba sentada en la cama, con sus muletas al lado. Su rostro se iluminó al ver al doctor y a su madre, sin embargo, también mostraba una pizca de preocupación.
—Buenos días, Verónika —saludó el especialista —. Hoy tengo una maravillosa noticia para Sídney. Después de una evaluación exhaustiva y ver su progreso, creemos que puede ir a casa.
Verónika casi no podía creer lo que estaba escuchando. Una miríada de emociones pasaron por su mente en ese momento. Alegría, alivio y un poco de preocupación por los cuidados adicionales que tendría que brindarle a su hija en casa.
—¡Oh, doctor, eso es increíble! Estoy tan