Capítulo 21 —Entonces hágalo
Narrador:
Roman no apartó la mano de su cuello. Sus dedos firmes, envolviéndola con fuerza medida, como si necesitara recordarle quién mandaba o recordárselo a sí mismo. Porque Aylin temblaba,sí, pero no era miedo y eso fue lo que lo desarmó.
Esa respiración agitada, esa piel caliente bajo sus dedos, ese brillo desafiante en los ojos, incluso así, atrapada, vulnerable... y preciosa. Se acercó más. Tanto que su aliento le rozó la mejilla.
—Debería echarte ahora mismo —murmuró, con voz ronca, baja, llena de veneno dulce—. Debería hacer que recojas tus cosas y desaparezcas antes de que termines de arruinar lo poco que funciona en esta casa.
Aylin no parpadeó.
—Entonces hágalo.
Roman cerró los ojos un segundo. Un mal*dito segundo. Porque no iba a hacerlo, porque no podía. Apretó un poco más la mano, solo para sentirla latir contra su palma.
—Debería mandarte de vuelta a ese agujero del que saliste.
Aylin tragó saliva, pero su voz no titubeó.
—Entonces hágalo —