Selene
—¿Ya vas a decirme para qué hiciste todo eso con la navaja? —pregunté a Ilan, observando mi mano y la herida que había dejado de sangrar.
Estábamos recostados en la hierba a la orilla de la laguna después de haber unido nuestras almas y nuestros cuerpos de todas las formas posibles en las que dos personas se pueden fusionar. Ilan suspiró pesadamente, haciendo que su pecho se elevara y con él mi cabeza. Mis manos no podían estar quietas mientras se deslizaban por el abdomen esculpido de mi compañero.
—Yo… ligué tu vida a la mía —explicó, dejándome igual de confundida que antes.
—No entiendo. ¿Qué… qué quieres decir con ligar, Ilan?
—Quiere decir que… —Se lo pensó durante unos segundos antes de decir—: básicamente, si tú mueres, yo muero…
—¡¿Qué?! —Me atraganté, levantándome tan rápido como un resorte—. Ilan… ¿estás bromeando? Soy una humana, literalmente podría morir ahora mismo de un infarto por lo que acabas de decir y, ¿te atreviste a hacer una tontería como esa?
—No es una t