8- Kennedy
Estaba mareada, pero podía sentir que Jeremiah me sostenía; mi cabeza estaba apoyada en su enorme y duro pecho. Otra respiración, otro apretón de manos. Miré hacia un lado y vi a Rayna, sentada junto a Jer, mirándome con simpatía, y pude sentir que las lágrimas se acumulaban detrás de mis ojos. Intenté parpadear para que desaparecieran, pero fue inútil. Cayeron en lentos hilos desde mis ojos. Apreté mis ojos, tratando de frenar el flujo.
—Hey, no lo luches. Deja que la tristeza salga. Te ayudará —su voz era tan reconfortante, pero dejé que las lágrimas fluyeran.
—No hace que sea menos vergonzoso —sollozé y retiré mis manos de las de ella para frotarlas sobre mi rostro.
—Eso tiene sentido —miré y vi a Ben al pie de mi cama. Mejor aún—. ¿Qué pasó esta vez? ¿Fue algo diferente en tu sueño? Gritaste por todos nosotros —señaló y vi también a Tommy y Jason—. Nunca habías hecho eso antes.
—¿Eh? No lo sé. No lo recuerdo muy bien —mentí y cerré los ojos de nuevo, pero los abrí rá