Dos semanas después
Como los dos sabrían donde viviríamos a partir de ahora, no vi problema en que ellos me ayudaran a escoger el lugar donde podríamos mudarnos. Por lo que, he pasado todo este tiempo con los niños, mientras mi brazo y herida en el pecho, sanan en su totalidad.
Seok Min, me ha dado cada dos días, medicina para que mi cuerpo sea más fuerte y Terry, me ha dado de sus medicinas amargas que me han ayudado a sanar rápido, al punto de tener pequeñas cicatrices de dicho ataque.
— ¿Qué estás haciendo? — pregunta Seok Min en el umbral de la puerta.
— Hoy nos vamos a mudar, me imagino que no estás pensando que me quedaré en cama todo el día.
— Tengo más de cien hombres que pueden hacer eso. Tu ayuda es innecesaria. — dice Seok Min firme y yo suspiro profundo.
— Sé que es así, sin embargo, quiero ayudar. — digo sintiéndome como un objeto decorativo con demasiado valor para tocarlo.
— Estaremos bien.
— Seok Min, ya estoy cansada de estar encerrada. Por no tomar el sol, me veo co