CAPÍTULO 42**
7 horas más tarde, creo que esto nunca va a terminar. Sabes, cuando dije que podía soportar la ausencia de dolor ? Pues bien, hay dolor, mucho dolor. Sébastien tuvo que enseñarme cómo derribar a una persona correctamente, pero él practicó conmigo.
Pero ahora, mi coleta ya está a medio camino de mi cabeza, y rápidamente me di cuenta de que no era buena idea llevar una camiseta gris. Lo que significa que se puede ver mi sudor en la espalda. Sí, sé que es otoño. Pero intenta entrenar con un hombre lobo en plena forma durante 7 horas seguidas.
—Vale —suspira él mientras coloco mis manos sobre mis rodillas, respirando profundamente. Dios, necesito entrenar más. —Último movimiento, ¿de acuerdo ?
Levanto la cabeza con esperanza.
—¿Hasta que podamos regresar a la casa de la manada ? —pregunto emocionada.
Una sonrisa burlona se dibuja en sus labios, mientras seca una pequeña gota de sudor de su frente. Él apenas ha sudado. Yo, por otro lado…
—No, hasta que sea hora de entrenar co