CAPÍTULO 43**

Sé que no voy a ganarle.

No te guardo rencor, Koda, por haber dudado de mí.

Faye me agarra ferozmente la mano y la aprieta.

¡Pégale una patada en el culo, Willa ! grita, pareciéndose a su hermano.

Sonrío mientras Koda empieza la cuenta regresiva.

*Respira, Willa, puedes hacerlo. Sabes lo que haces, puedes hacerlo. Muestra a todos que no eres una simple humana,* me dice mi conciencia.

Ni siquiera me doy cuenta de lo que está pasando mientras corro hacia Seb y él hace lo mismo hacia mí. Debería estar aterrada de que un hombre lobo de un metro noventa venga corriendo hacia mí. Pero, sorprendentemente, no lo estoy.

Sébastien lanza el primer puñetazo hacia mi hombro para hacerme retroceder, pero lo esquivo. Casi me detengo para aplaudirme porque ¡es tan genial ! ¡Acabo de esquivar el puñetazo de un hombre lobo !

Pero sé que no puedo parar hasta que no lo haya derribado, así que en cuanto esquivo, lanzo mi mano y aterrizo con mi puño en su estómago. Su estómago muy musculoso.

Me encuentro con un puño dolorido, y Sébastien retrocede apenas.

Se ríe :

— Es lindo.

Rápidamente, lanza su pie hacia mí y me golpea en medio del cuerpo. Gruño mientras me desvío, pero no me doy por vencida. Claro que no.

Mis pies resbalan en la hierba y mis manos se clavan en la tierra para detenerme. Para ser honesta, no tengo ni idea de dónde viene esto. La adrenalina me invade.

También tengo la sensación de que tengo que mostrarles a todos que soy más fuerte que ellos.

La adrenalina es adictiva, quiero seguir.

Tan pronto como mis manos se clavan en el suelo y me detengo, me levanto al instante y empiezo a correr hacia Seb.

Casi no oigo a Faye aplaudir, pero todo lo que escucho es mi sangre latiendo con fuerza.

La expresión en el rostro de Sébastien es simplemente invaluable. No se espera que me recupere tan rápido, pero lo he hecho, y ahora me siento maravillosamente bien.

Se endereza, y sonrío.

Rápidamente, finto un puñetazo con mi mano izquierda, y cuando él lo esquiva, lanzo inmediatamente mi brazo derecho. Le doy un golpe perfecto y violento en la mandíbula.

Su cabeza se inclina hacia un lado con un leve gruñido. *Apostaría a que no te esperabas esto.*

Seb se recupera rápidamente y me da un golpe en el estómago, pero me aparto rápidamente.

Pero, por supuesto, lo ve venir y me golpea directamente en el esternón.

Suelo una respiración sibilante porque pierdo todo el aire.

Rápidamente, me doy la vuelta para enfrentarlo.

Está claro que no voy a poder ganarle por pura fuerza. Es demasiado rápido, demasiado fuerte, demasiado experimentado para mí.

Así que voy a tirar de la cuerda sensible.

— ¡Para, para ! —digo sin aliento.

Me cubro la cara con mis manos para que nadie vea la sonrisa que empieza a dibujarse en mi rostro.

— ¿Willa ? —dice suavemente Sébastien.

Se acerca lentamente a mí.

— ¿Qué tan fuerte la golpeaste, Sébastien ?! —exclama Koda, enojado, levantándose de su lugar.

— ¡No tengo idea ! ¡Estaba en el calor del momento, no sé qué tan fuerte la golpeé !

— Manifestamente fuerte si se detuvo —dice Faye, molesta.

Sébastien respira hondo y pone una mano suave en mi hombro. *Ah, eso es exactamente lo que quería.*

— ¿Piglet ? Lo siento mucho —me dice suavemente. Su voz está llena de arrepentimiento. ¿Debo sentirme mal por haber hecho eso ?

— No.

Sonrío ampliamente bajo mis manos hasta que las retiro rápidamente. Coloco una mano sobre la suya y la otra bajo su brazo, y con todas mis fuerzas, lo volteo.

No tiene tiempo de recuperarse, ni de actuar. Para cuando se da cuenta de lo que está pasando, está acostado de espaldas, y yo estoy orgullosamente sobre él.

— He ganado —le digo sonriendo.

Sébastien se queda boquiabierto mientras me río. Acabo de derrotarlo, acabo de derrotar al mejor guerrero de la manada.

Me doy vuelta hacia Faye y Koda. Faye sonríe ampliamente mientras Koda me mira boquiabierto mientras extiende 20 euros.

— ¡Es mi hija ! —grita Faye saltando de alegría.

— ¿Por qué eres tan pequeña ?! —se queja Sébastien, todavía acostado en la hierba. ¡Me atrapaste !

Me encojo de hombros, le lanzo una sonrisa traviesa.

— Una chica tiene que hacer lo que tiene que hacer para ganar. Incluso si eso significa simular una herida.

— ¡Pero no es justo ! —protesta Sébastien.

— ¡Déjà de quejarte, Seb ! Ella te derrotó completamente —lanza de repente una voz detrás de nosotros.

Una sonrisa se dibuja instantáneamente en mi rostro, y me doy vuelta, orgullosa de lo que acabo de hacer.

— ¿Lo viste ? —le digo toda aturdida al ver a Greyson acercándose a mí.

Me sonríe ampliamente y me pone un brazo alrededor de la cintura.

— Llegué justo después de revisar el perímetro, justo a tiempo para verlo todo. Muy inteligente, mi pequeña.

Mi corazón se hincha de orgullo.

Sébastien se levanta frotándose la mejilla.

— Tienes un buen golpe —dice sonriendo levemente y extendiendo el puño.

Golpeo rápidamente mi puño contra el suyo.

De repente, Greyson se inclina, sus labios rozan mi oído, lo que me hace estremecerme.

— ¿Te gustaría un poco de entrenamiento ? —me pregunta, y tengo ganas de rechazarlo, pero es él el Alfa.

Podría derrotarme en un abrir y cerrar de ojos.

Frunzo el ceño y levanto la vista hacia él.

Él sonríe suavemente.

— ¿Por favor ? —me pide suavemente, lo que me hace rodar los ojos. No voy a poder decir que no.

Suspirando, asiento lentamente con la cabeza. Me suelta la cadera y camina hacia uno de los extremos del círculo.

*Ahora estoy dentro del juego.*

— ¿Hacemos apuestas, esta vez ? —pregunta Koda.

Echa un vistazo entre Seb y Faye, pero ambos se encogen rápidamente de hombros.

— No quiero que Willa se sienta mal —dice Seb riendo, lo que me hace burlarme de él.

— ¡Sébastien ! —grito, lo que lo hace reír aún más fuerte.

Pero esa risa se detiene rápidamente cuando Faye le da un golpe en la cabeza.

— Vas a ser genial, Willa —comienza. Pero acabo de recibir dinero y no quiero jugarlo…