En la hermosa playa de Brasov bajo la luz de la luna y las estrellas la conversación entre el príncipe Alastair y la princesa estaba cargada de risas y diversión.
— Sí a todo les parece una locura, es una gran combinación, locos son ellos que no saben lo que se pierde
— Me gusta mucho conversar contigo Bianca, a pesar que eres una princesa me agrada que seas sencilla, que veas lo bonito de lo simple en la vida
— Sí, es que... no siempre fui una princesa, mi vida era mucho más sencilla –El joven la miró confundido.
— ¿No comprendo?
— No sé si deba contarte esto, pero... la verdad estoy cansada de tantos secretos siento que necesito desahogarme con alguien
— Cuéntame –Alastair toma la mano de Bianca con ternura. –Te prometo no contarle a nadie, soy bueno guardando secretos puedes preguntarle a mi hermana –Ella medio sonrió.
— Pero ella es tu hermana y yo no soy... –Él la interrumpió acariciando su mejilla.
— Eres importante para mí, lo que me digas quedará entre nosotros lo que men