Alicia dijo con una expresión sumamente seria:
—Lo siento mucho, no me acostumbro a dormir con otra persona.
—Ay, ay, ay…
—Eres bastante conservada. Estuviste casada con Miguel durante tres años, ¿acaso no dormiste con él? —frunció los labios Mía.
De repente, se le venía a la mente algo.
—Entonces