Tras pensarlo largo y tendido, Miguel inspiró profundamente y dijo:
—Arruinar la situación económica de alguien es como matar a tus propios padres. Dado que ya habías pensado en trabajar con el Conglomerado Salamanca, no voy a meterme en eso.
—Ya veo que no quieres empeorar las cosas —Mía esbozó una