Tomamos la vida entre las manos, el destino que corre entre la sangre de nuestras venas, los instintos y atributos de cada ser sobre la tierra.
¿Sabíamos acaso en dónde nos estábamos metiendo?. ¿Sabíamos acaso en que terminaría?.
- ¿Un bosque?- Musitó Berlín. Miré desconcertada mi alrededor.
- Eidrian- susurré al verlo. Una parte de mí no podía creer en lo que había vuelto a ser. Me acerqué y lo abracé, mis delgados brazos acariciaron su espalda, topandome con esas enormes alas que colgaban de él.
- Todo estará bien Ángel, vamos- parpadeé desconcertada. Empezó una caminata. Berlín se situó a mi lado, sonriéndome tratando de hacerme saber que todo saldría bien. Deira ya no estaba con nosotros. Todo esto era demasiado peligroso, y aunque había recuperado sus alas gracias a esa mujer, sabía que cuidaría bien de Eidrian estando alejada.
Respiré profundo, me sienta cansada y mis huesos dolían por el cambio de temperatura y ambiente.
Ethan y Cristin mantenían su distancia, no sabía cómo act