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Carta Daniel
Odette Me equivoqué. Me equivoqué de una manera muy particular. Llegué a creer que las cosas no debían llevar un orden. Ahora veo que fue todo lo contrario. Daniel, si lees está carta. Quiere decir que todos mis intentos por mantenerte a salvo de mi malicia fracasaron.Hijo, fui egoísta, egoísta conmigo misma, egoísta contigo, incluso con Giovanny. Sabes, llegué a quedar cautuvada con tu padre. Lo amaba, de verdad que sí. Y estoy segura que él me amó incluso después de mi traición. Pasar tanto tiempo lejos de ti, me recordó a mi yo niña, a esa chica que creció en un orfanato. Las cosas son así. Mi vida, la vida de mi madre, y sobre todo padre. Hay algo que debes saber, esa mujer, Sera, no es como crees. Ella es una asesina. Una asesina, ella mató a mi madre. Mató a tu abuela. A la mujer que me dió la vida. Si, ella también se equivocó. Pero por ello,.debe pagar, Sera pagará. Y arrastrará a Giovanny consigo. Ese niño, el bebé que espera en su vientre. No descansaré hasta que pis
Megan
Cargas del pesado. — Mírate, te ves hermosa— Sonreí dudosa. — ¿Entonces nos iremos ya?— Asintió. — Ya está todo listo. ¿Segura que no te asusta navegar? — En mi vida he ido a una isla señor Grossver. En realidad— Suspiro. — Nunca había visto el mar así que, estoy entusiasmada por ir a esa isla. Su semblante se volvió un poco frío. — Leinad, tu vas a protegerme. ¿Porqué habría de preocuparme? — Solo serán unos pocos días, de igual manera, Giovanny tiene asuntos que tratar aquí en Estados Unidos. — ¿Hay problemas en su compañía? — Yo diría que su familia es un caos. Hablé con su abogado hace unos minutos. Tiene que presentarse a Juicio. Y no solo él, al parecer su prometida está envuelta en un caso por homicidio que se a reabierto— abrí los ojos con impresión. No conocía a la mujer pero, por lo poco que Leinad me había comentando, no era una mala mujer. — Y yo que pensé que mi vida, o la tuya eran todo un caos— me burlé de mi misma. — Cambiando de tema, me encanta como te qu
Coalición.
Capitulo: Coalición. — Sera hay algo que debes saber— Solté con frustración. Fruncí el ceño mientras leía el correo de Leinad. —¿A qué te refieres? — Tenemos fecha para el juicio. La jueza te está llamando a dar tu declaración colocada en el caso de la muerte de la directora "Del rosal". Y temo que decirte que Odette está involucrada en esto también— Su expresión se volvió confusa. —¿Odette? ¿Porqué ella también estuvo en el mismo orfanato? —No— Suspiré. — Al parecer no conocía bien a mi ex esposa. — Giovanny. Me estás asustando. — La madre de Daniel estuvo en ese mismo orfanato. Pero, la directora. Era su verdadera madre, Sera. — Oh no, no puede ser— Murmura regresando a su asiento sobre el sofá de la tienda. — Al parecer, su padre la sacó del orfanato por fines políticos. Para su conveniencia. — ¿Cuando es la audiencia? — Dentro de dos semanas. Es momento de volver a casa. Pero primero, tenemos trabajo que hace aquí. — No te preocupes. Mis abogados ya están al tanto. No
Explosión: Sera.
Respiré profundo observando el mar a mi alcance. Justo ahora se estaba llevando a cabo una operación que pondría en marcha el sentimiento más complejo de todos; el miedo. — ¿Qué pasará si los descubren?— Le pregunté a Hiroshi. — Nada bueno Vallolet. Por ahora, solo queda esperar. A parte, al menos que alguien traicione a Arcuri, y dudo que lo hagan teniendo en cuenta la cantidad de vidas que están en juego, todo saldrá bien. Solo queda tener calma y esperar— Rodé los ojos. Yo no tenía ni calma y mucho menos me gustaba esperar. —¿Todo está bien allí dentro?— Señaló mi vientre que apenas se notaba por las gruesas capas de ropa holgada que llevaba puesto. — Si, ha estado un poco inquieto. —¿Ya puedes sentirlo?— Asentí. —¿Y sabes qué es? —No, queremos que sea una sorpresa, aunque algo me dice que será una niña. —¿Cómo que algo te dice que será una niña? — Sí, es como una especie de instinto. No lo entenderías. — Tengo tres doctorados. Uno de ellos en biomédica— me mira con una e
Odette
Apagó su cigarrillo.Camino con elegancia hacía la parte superior de su enorme recibidor. El hombre de cabellos blanquecinos reparto en su presencia. — Mi hermosa mujer— Murmuró. Odette sonrió con simpatía. Con su muerte llegaría una enorme herencia a su nombre. Era la única manera que ella conocía de poseer al corazón herido. De crear una alucinación de amor. Su idea del amor. Algo que jamás se había permitido sentir. — Henry. ¿Me amas?— Preguntó. El hombre con una sonrisa. Acarició su pierna desnuda. Caminando hacia su pecho. Dónde bajó el tirante de su camisón. — Claro que te amo belleza. Amor. Amor. Amor. ¿Qué era eso para Odette?— Entonces, acepta el caso de Giovanny Arcuri. O al menos el de Sera Llilvian— bajó la cabeza. — Lo intentaré. Pero primero debes convencerme. Henry era juez. Juez legal. Líder de un gran buffett de abogados. El camino estaba trazado. — Entonces déjame consentirte un poco ¿Quieres? — Por supuesto belleza. Sabes, pensé que eras diferente.
Amanda
—¿Porqué siempre eres así Amanda? — ¿Así como?— Lo miré dudosa.— Tan noble, tan tierna, tan amable. Eres muy diferente a Sera si me lo preguntas— Un largo suspiro salió de mi garganta. El corazón empezó a latirme un poco fuerte. Reviviendo cada una de las situaciones de mi pasado. — Durante en orfanato, Sera siempre fue la más fuerte de todos. Ella intentaba ayudarme. A lado de Damián. A veces pasaban cosas muy oscuras, muy complicadas allá dentro. Llegamos a perder a chicos. A veces solamente desaparecían, claro que en el interior sabíamos que algo en el Rosal no estaba bien. — Espera. ¿A qué te refieres a desaparecer? — Me siento sobre la sala. — Solo eran rumores Marcel. Se decía que la directora del Rosal tenía ciertas amistades. Venían a los bebés a familias que querían hijos y no podían tenerlos. Aunque también desaparecían chicas adolescentes, aquí es un poco más turbio. Decían que las subastaban a redes de tráfico de blancas. — Eso es terrible. ¿Cómo fue que jamás invest
Giovanny
El amor es como un huracán. Mueve cada fragmento que está a su paso, en algunas ocasiones lo destroza. En otras, simplemente transforma la perspectiva de verlo, de sentirlo, de texturizarlo. —¿Qué mierda fue lo que pasó?— Grité exaltado.—No lo sabemos señor. Al parecer uno de los tanques hizo química con los gases de la montaña y explotó— Enfurecido tomé uno de los adornos del escritorio lanzándolo al piso. —¡No puedes hablar en serio! ¿En donde está el químico que debió anticipar esto. — No estaba allí. —¿Qué quieres decir con que no estaba allí? ¡Responde! — Señor, no se encontraba cerca. — ¿Cuántas bajas? ¡Responde! — Dos asistentes solamente. —¿Solamente?— Repetí con desprecio. — No debimos haber perdido ninguna vida. Esto significa problemas. Sale de aquí. ¡Ahora!— Frustrado apreté el puente de mi nariz. —¿Giovanny qué sucede?— Ahora no amor. —Pero hubo una explosión y... —¡Dije que ahora no!— grité. Al ver su nueva y ceño fruncirse me golpee a mí mismo. — Lo sient
Dela
Dela iremos por el almuerzo, ¿quieres algo?—Niego, y doy un largo suspiro.—Gracias Camila pero debo inspeccionar al conejo de la Sr. Milton.—Tus manos son mágicas, gracias a ti varios animalitos regresan a sus casas sanos y salvos—. Sonrío y me despido de mi compañera de trabajo .Cierro el mostrador y regreso atrás para verificar a mis pequeños pacientes.Abro la jaula de Copito y pongo mis lentes a un lado.— Bien amiguito es momento de que regreses ha tu casa—. Quitó su vendaje dejando a la vista la herida hecha por un perro y sus dientes. Extiendo la palma de mi mano al aire y la observo cuidadosamente. Pensar que puedo salvar a varios animales con ellas, me da un tanto de tranquilidad. Junto mi mano en su suave pelaje y presiono un poco la herida, respiro dejando que la cálida luz sanadora haga su trabajo. Una vez siento que todo está en orden la retiro.—Ya no sentirás más dolor bonito—. AcaricioLo regreso a su habitación temporal. Busco con la mirada mi teléfono celular, est