—Hay un hombre que podría contratarte como su sirvienta —dijo Mindy recargada en el marco de la puerta, viendo a Lorena preparando la cena.
—No pienso ir a la casa de Gustav… —respondió hostil, sabiendo que Mindy solo quería burlarse de ella.
—No me refiero a él. —Torció los ojos y robó un trozo d