—Soy más peligroso que Román Gibrand por el simple hecho de que sé cómo manipular la ley a mi favor, soy más peligroso que mi padre, pues él no tendría el valor de mandar a golpear a alguien, solo se mueve entre amenazas y manipulación… Tú dime, Gina… ¿en qué lugar estoy?
—Ahora ¿qué harás? ¿Regres