—¿Sabes quién te arrolló aquella vez? Fue Sarah… Aún debe de tener el auto guardado en su garaje. ¿No te parece curioso que justo el día que Román estaba cerca, tú resultaras lesionada y despertaras aquí?
—¡Cállate! Solo me quieres envenenar… —dijo Frida mientras las lágrimas caían.
—Lo que quier