Mientras Román estaba tomando un baño, Frida tomó su camisón, dispuesta a dormir en la otra habitación, pero cuando volteó hacia la puerta, esta estaba cerrada y con Román recargado en ella como un guardián de mirada fría y torso descubierto.
—¿A dónde crees que vas?
—Dormiré con las niñas. —Frid