—¿Qué fue lo que ocurrió entre nosotros, Frida? —Román se sentía culpable.
—Un contrato fallido.
—No… Aún me debes un hijo, aún eres mía, ese contrato sigue siendo válido —respondió indignado, atrapando el rostro de Frida entre sus manos—. Tu vientre aún es fértil y tu firma sigue fresca en ese p