Capítulo 55 — Té con galletas
Narrador:
Cuando llegaron al apartamento, Liam apagó el motor y soltó un suspiro pesado, apoyando la cabeza contra el respaldo del asiento. Maya esperó unos segundos antes de moverse. Sentía que aún había un aire denso entre ellos, pero al menos ya no estaba cargado de rabia o celos. Él giró el rostro hacia ella, con esa mirada intensa que siempre la dejaba sin aliento. No había enojo en sus ojos, solo cansancio y algo más profundo, una especie de resignación mezclada con comprensión.
—No me gusta —soltó de repente, con voz baja y grave.
Maya frunció el ceño.
—¿Qué cosa?
Liam suspiró y se pasó una mano por el cabello, despeinándolo más de lo que ya estaba.
—No me gusta que hayas ido con Tomás a buscar a su madre y sin decirme nada. No me gusta que hayas pasado la noche con él, eso me enferma en realidad, ni que hayas estado tan involucrada en algo tan personal. Me molesta, Maya. Me jode más de lo que quiero admitir.
Maya apretó los labios. Sabía que Liam