—¿Se ha saciado tu antojo? —Le preguntó al verlo comer y que su gesto era de absoluto placer.
—Sí, esto es la gloria —le respondió sonriente —y a ti ¿te ha gustado? —Le devolvió la pregunta, Helena nunca había comido eso y quería saber su opinión al respecto.
—Sí, es extraño comer masa dentro de mas masa, pero sabe bien. Es suave y eso me gusta.
Luego de un rato fueron el médico y una enfermera para tomar sus signos y revisarlo.
—Se encuentra mejor, va evolucionando muy bien y de seguir así es poco el tiempo que pasará aquí —le dijo con entusiasmo el doctor.
—¿Seguirá algún tratamiento? —Preguntó Helena y el doctor le sonrió.
—Sí, recuerden que aún hay coágulos y alguna inflamación, aunque leve pero debe vigilarse.
—Bien. Yo me ocuparé de todo —le dijo ella con una gran sonrisa y Damián correspondió a ese gesto de la misma manera.
Helena salió de la habitación porque Olivia quería pasar también tiempo con su hijo y la dejó estar con él.
—Creo que el cansancio está pasando factura