Patrick sostiene a Erika en sus brazos mientras ella se queda dormida, sintiendo su respiración tranquila y profunda. Mientras está allí siente el peso de su corazón al pensar en Eleanor Grant.
Por más que quisiera creer que ella no podía haber empujado a Erika, no podía cegarse ante los hechos. Estos pensamientos rondaban su cabeza a la vez que acunaba a la madre de su hijo.
- Ella no podría ser capaz de arriesgar la vida de nuestro hijo. - pensó para sí mismo.
Las horas de la madrugada pasaron rápidamente y él no podía conciliar el sueño. Se sentía abrumado por todo el momento tan fuerte que acababa de vivir.
Patrick siguió sosteniendo a Erika en sus brazos durante toda la noche, sin moverse de su lado.
Cuando el sol comenzó a asomarse por el horizonte, Patrick se levantó lentamente de la cama, con cuidado de no despertar a Erika. Se acercó a la ventana y abrió las cortinas, dejando entrar la luz del amanecer en la habitación.
El cielo se teñía de colores cálidos, desde el amarill