Abril.-
Regreso al jardín con el corazón palpitando, cargado de una impotencia que siento no poder controlar, no podía esperar menos de Asher, mostrando ante todo el mundo una vida perfecta que está muy lejos de serlo.
Pero, ahora mi preocupación es mi cuñada y ese pequeño, no quiero que su infancia sea como la nuestra, aunque Asher es mucho peor que mi padre, por lo menos él disimulaba más.
Busco entre los invitados a Elijah, con su altura y su cuerpo robusto no es difícil encontrarlo, mi mirada se fija en el bar, pero nada.
— Abril –al escuchar mi nombre y al dueño de la boca que los menciona, mis dedos se encogen en un puño, apretando con tanta fuerza que puedo sentir como las uñas desgarran las palmas de mis manos.
Me alejo ignorándolo, pero coloca su mano sobre mi brazo deteniéndome, bruscamente me suelto de su agarre. De mala gana me giro para encontrarme con su mirada, veo arrepentimiento, pero algo más ¿molestia tal vez?
— No vuelvas a ponerme un solo dedo encima –reaccion