El cliente de Jack no podía dejar de mirarme, me hacía sentir incómoda pero no podía cometer la misma imprudencia, así que me aguanté como pude.

 

—Sr. Jack es un placer tenerlo en mi hotel y hacer negocios con su empresa de telecomunicaciones— Dijo Pablo el cliente nuevo.

 

—Es un gusto que nos haya elegido como su proveedor de comunicación, estamos a su orden y a la disposición de cualquier cosa o cambios que piense o le gustaría realizar— Respondió Jack con seriedad.

 

—Me gustaría que cambiemos de secretaria, jaja— Respondió Pablo a carcajadas.

 

—Mi secretaria no está dentro del paquete, además de una vez le digo que es mi futura esposa, le voy a pedir que no haga esos tipos de comentarios— Respondió Jack mientras se ponía de pies y estrechaba la mano con Pablo.

 

Salimos del hotel, Jack era un hombre de pocas expresiones, pero al subir al vehículo se dirigió a mi.

 

—Cristina aunque usted vaya a casarse conmigo, puede hacer lo que guste en privado, al igual que yo, no sé límite pero le voy a pedir que sea discreta— Culminó diciendo mi jefe.

 

—Sr.Jack no se preocupe, mientras estemos estos dos años casados no tendré ninguna relación amorosa con nadie, es mejor evitar escándalos— Le respondí mientras miraba hacia mis rodillas, no podía verle a los ojos porque me sentía muy avergonzada.

 

—Esa decisión es de usted, no pienso meterme en sus decisiones— Respondió Jack sin ninguna expresión en su rostro.

 

Unos veinticinco minutos ya estábamos en mi casa, Jack bajó de su vehículo para muy caballerosamente abrirme la puerta, al bajar, Jack notó que habían reporteros que lo estaban grabando discretamente.

 

—Cristina nos están grabando, así que tengo que demostrar que estoy enamorado de usted— Dijo Jack mientras ponía su mano en mi mejilla.

 

—¿Que va a pasar Señor?— Le pregunté con un poco de nervios.

 

Jack no dijo nada pero con un beso suave y cálido lo dijo todo, mi jefe me estaba besando para que la prensa pensara que me quería y que estaba enamorado, de esa forma haría que la prensa no sospechara de nuestra mentira. El beso Fue correspondido, estaba nerviosa pero disfrutaba de ese momento.

 

—Perdóneme, espero que estas situaciones se den muy poco entre nosotros— Dijo Jack después de separarse de mis labios.

 

—No se preocupe Señor, lo entiendo— Le respondí avergonzada y con timidez. Jack me acompañó hasta la puerta de mi casa, espero que entrara para retirarse.

 

Al entrar a casa me asuste porque Luka estaba parado frente a la puerta, parecía que me estaba esperando.

 

—Luka me asustaste, ¿Que haces ahí parado?— Le pregunté mientras me ponía la mano en el pecho.

 

—Te vi besándote con tu jefe, dijiste que todo eso era puro contrato pero veo que no— Respondió Luka mientras cruzaba sus brazos.

 

—Te dije la verdad pero resulta que la prestan estaba grabando discretamente, y ya sabes que debemos de guardar las apariencias en público— Le respondí mientras subía la escalera.

 

—Lo entiendo, que descanses— Respondió Luka.

 

Al día siguiente. Me desperté muy temprano, tomé una ducha y me puse el mejor traje de oficina que tenía porque hoy es el día de mi boda. Bajé a preparar desayuno pero ya Luka lo tenía listo.

 

—Buenos días Luka— Dije tan pronto lo vi.

 

—Buenos días, he preparado unas tostadas con leche para que desayunemos antes de irnos a nuestros respectivos trabajos— Respondió Luka mientras tomaba asiento en el comedor.

 

—Muchas gracias, iba a prepararlo, eres un sol— Le respondí mientras tomaba asiento.

 

Después de unos treinta minutos, estaba ya en la empresa de telecomunicaciones para la que trabajo, estaba esperando que el ascensor abriera. Un minuto después el ascensor abrió y al entrar lo hizo mi jefe también.

 

—Buenos días Cristina— Dijo Jack tan pronto entró.

 

—Buenos días Señor— Le respondí mientras solo lo miraba de lado.

—¿Ya esta lista para la firma del papel de hoy?— Preguntó Jack.

 

—Creo que si señor— De repente el ascensor empezó a hacer ruidos extraños, las luces prendían y apagaban, algo andaba mal, mi corazón quería salir de mi pecho.

 

—¡Dios mío! Odio los ascensores, me subo obligada, el piso en el que estamos es muy alto— Respondí mientras cerraba con mucha fuerzas mis ojos.

—Tranquila, en cualquier momento se arreglará, ya vendrán por nosotros— Respondió Jack con mucha calma.

—Le tengo pánico, siento que no puedo respirar, me estoy quedando sin aire— Le respondí sofocada.

 

Jack de repente me abrazo, me quería hacer saber que no estaba sola, deseaba calmar mi ansiedad. Unos diez minutos después, un técnico nos rescató, pensé que ya no podía aguantar un minuto más. Tan rápido salí del ascensor, fui directo al baño, me lavé la cara para reponerme de aquel susto. Unos diez minutos después estaba en a oficina de Jack, lista para iniciar la jornada laboral.

 

—Disculpe él retraso señor, estaba en el baño— Le respondí con mucha más calma.

 

—No se preocupe Cristina, todo está bien, además después de aquel susto le permito lo que sea— Respondió Jack con una leve sonrisa, lo cual me sorprendió porque el rara vez ríe.

 

—Gracias Señor, si me necesita estaré en mi escritorio— Le respondí mientras daba la vuelta para salir de la oficina.

 

—Espere un momento Cristina, por favor tome asiento— Dijo Jack mientras levantaba la mirada. Tomé asiento en solvencia, pensé que hablaría de trabajo pero fue todo lo contrario.

 

—Necesito que ambos busquemos un nombre de cariño para hablarnos delante del público, en privado nos trataremos como siempre— Dijo Jack, lo cual fue una gran sorpresa para mi.

 

—Entiendo señor, ¿Que nombre tiene en mente?— Pregunté con un poco de ansiedad oculta.

 

—No lo sé pero en el momento en que estemos delante de los demás, dígame el que le salga que yo haré lo mismo— Respondió Jack mientras me miraba fijamente.

 

—Muy bien señor, lo he comprendido— Después de aquella breve conversación, regresé a mi escritorio, solo pensaba en qué palabra podría decirle en público, eso me ponía nerviosa.