- –¿En qué estás pensando Ernesto?
- – En nada importante – dijo mientras revolvía su trago en el bar del hotel
- – ¿Te molestó que viniera a verte? – preguntó la joven rubia de unos ojos negros que parecían la misma noche
- – No, ¡qué va!, Carolina, solo me sorprende
- – ¿Porque? Tesoro, vine porque sabía que estarías aquí. Pues todo el mundo sabe que Ernilam se encuentra en Perú y en que hotel. Solo tuve suerte y me dejaron entrar.
- – Supongo que Silvia no tendrá nada que ver – dijo Ernesto mientras dirigía una mirada fulminante hacia la mesa donde se encontraba su representante, quien levantó la copa en son de brindis – He tenido unos días muy difíciles y necesito descansar. Nos vemos luego
- – Pero Erny – dijo la joven colgándose de su cuello mientras unos periodistas les tomaban fotografías.
Ernesto suspiro y trato de no perder la calm