74: Vi la muerte tan cerca.
Melly.
Ian se quedó varios segundos estático viendo sus dos dedos llenos de sangre y yo, nerviosa y avergonzada, solo pude tomar mi chemisse y la coloqué en su mano, la limpié. Luego, busqué como loca el cooler de agua que siempre me llevaba al trabajo y lo que quedaba de agua se lo eché y seguí frotando y limpiando.
Hasta que Ian volvió a abalanzarse sobre mí para besarme, inesperadamente. Y entre mi asombro y mi vergüenza por lo que acababa de pasar, solo pude decir:
—Llévame a comprar tampones.
Él soltó una carcajada entre nuestros besos que le puso la piel colorada, y yo tuve que reír con él porque era una locura. Yo jamás me olvidaba de la fecha, se me había adelantado seguro por tanta calentadera sin explotar.
Jamás iba a olvidar eso y sabía que él tampoco.
Qué vergüenza.
Ya de vuelta de la farmacia que estaba cerca, con su camisa casual puesta ya que la mía estaba llena de sangre, y con mi tampón puesto también, subí en su auto; el silencio era abrumador.
De haber sabido que ib