141: No ahora ni nunca.
Elian.
—¿E-Elian? —escuché su voz del otro lado de la línea.
Mis piernas temblaron, mi pulso aumentó, y mi corazón se partió en mil pedazos cuando dejé de, después de algunos minutos, escuchar su voz.
No puedo dejarla ir. No ahora, ni nunca.
Veo una limusina acercarse a la carretera y doy vuelta para regresar a la casa hogar.
Desearía no tener que pensar en otra cosa que no sea la forma de ver a Ámbar ahora mismo, pero el deber me toma por la nuca y al bajar del auto me hace darle una mirada actuada, despreocupada, a un Adam que me observó antes de ir como si estuviese loco.
Loco voy a parar si no logro que Ámbar me vea a los ojos y me convenza que lo nuestro ha llegado a su final. Aunque a pesar de que me lo diga, jamás le creeré. No cuando sé cómo late su cuerpo y corazón cuando estoy a su lado.
Ámbar no puede desear soltarme cuando yo aún estoy atado a su alma.
...
De regreso a Cardiff aun no dejo de pensar en las palabras de Ámbar. He estado tratando de convencerme que no ha caído