Capítulo sesenta y cinco. El plan perfecto.
"Narra Maxen"
Mis manos me hormiguean sin parar. Soy como un enfermo mental abriendo y cerrando las manos sin parar mientras estoy en movimiento para ir a ver a mi mugriento hermano.
No creo que haya dos personas que lleven la misma sangre que se odien más que nosotros dos. Y en este caso es completamente mutuo.
Si él pudiera me matara a mi, de eso no tengo dudas.
—¡Escúchame bien... — increpa William antes de dejarme entrar —, no te atrevas a cagarla! Y no me alces las cejas como si estuvieran diciendo una tontería porque sabes que te conozco muy bien y que no dejaré que vayas a la cárcel. Tendrás mi arma apuntando contra ti desde la distancia y si le tocas un solo pelo te disparo en una rodilla.
—Que detalle por tu parte — ironizo sin alegría.
—Efectivamente — me indica que siga adelante por el pasillo de celdas a mi derecha y mi izquierda —, estoy cuidando de ti y de tu mujer. Creo que te lo debo pero no me provoques o me cobraré que haya