CAPÍTULO 83: NO DE NUEVO
—Mami, ¿por qué nos estamos yendo sin papá? ¿y por qué estás llorando?
A pesar de que estoy intentando no demostrarle lo que me pasa a Sofía, los sentimientos me ganan. Tomé el primer vuelo que encontré disponible para Cancún, ni siquiera me ha importado dejar lo de la demanda a medias. Ricardo todavía sigue en Miami, así que lo dejé a cargo de todo eso. No puedo quedarme ni un segundo más en este lugar.
De alguna forma sigo en negación, mi corazón se niega a aceptar lo que mi cerebro me repite sin descanso: él se volvió a burlar de mí.
—Tenemos que volver a casa, hija. Ha pasado algo con tu abuelito.
No quería tener que decirle sobre la muerte de su abuelo, pero prefiero que llore por eso a saber lo que dijo su padre de ella. Se le rompería el corazón en mil pedazos si supiese que Maxwell no la quiere. Ver que va aferrada a ese peluche de pingüino solo hace que mi corazón se estruje aún más haciendo de esto un dolor insoportable.
—¿Qué pasó mami?
—¿Recuerdas