Punto de Vista de Mia
Linda entró.
—La Sra. Branson llamó. Quiere a los dos en casa para cenar esta noche.
Mi suegra era la única persona que trataba nuestro matrimonio como real, que me veía como algo más que el arreglo conveniente de Kyle.
La mandíbula de Kyle se tensó.
—Dile que estamos ocupados.
—Ya lo intenté, señor —respondió Linda—. Insistió. Dijo, y cito: "Dile a mi hijo terco que si no trae a mi adorable nuera a casa para cenar esta noche, iré a su oficina yo misma".
—Bien. Iremos —dijo Kyle.
El viaje a la Mansión Branson fue silencioso. Vi pasar los barrios conocidos, cada uno más exclusivo que el anterior hasta que alcanzamos la calle arbolada donde Kyle había crecido. La mansión se erguía orgullosa y elegante, sus ventanas cálidamente iluminadas contra el cielo oscureciéndose.
Catherine estaba esperando en la puerta, su cabello plateado perfectamente peinado, su vestido esmeralda combinando con sus ojos.
—¡Por fin! —exclamó—. ¡Mis queridos!
Me abrazó primero, sosteniéndome