—¿Listo?—preguntó a Andy. Recogería a Mary en el aeropuerto y si ella no estaba muy cansada irían a almorzar fuera.
—Espera, papá.—corrió a su habitación y buscó las flores que había tomado del jardín para dárselas a su madre como bienvenida. Las había colocado ordenadamente con la ayuda de su padre, simulando un pequeño ramo de flores. Aquello era mejor que comprar uno. A Mary le gustaban mucho los detalles de su hijo y Andy era muy detallista, demasiado unido a sus dos padres.—Ahora sí, listo.
Camino al aeropuerto, él recibió una llamada de Mary.
—Acabo de salir, ¿dónde están?
—Ya entramos. Busco aparcamiento y te recogemos.
—No hace falta que bajen del coche. Los espero en la puerta, así no tardan.
—Perfecto.—siguió la línea señalada por los carteles hasta la entrada y de allí pasó junto a la enorme línea de coches aparcados, hubo un poco de atasco, que no duró más de dos minutos, enseguida se disipó cuando el coche que encabezaba la lista se movía, recogiendo a unas personas.
Pudi