Cada palabra de Aitana se sentía como un puñal en el corazón de Dominic y se estremeció por el dolor que lo embargaba, sabiendo que aunque se había equivocado terriblemente antes y esto era un arrepentimiento que cargaría hasta el último de sus días, si la amaba con cada fibra de su ser y no planeaba retroceder, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que ella lo perdonase y le diera una oportunidad de demostrarle cuánto la amaba.
Por lo que tomó la decisión de hacer algo que ningún Rey Alfa debería y sin importarle perder su orgullo, cayó de rodillas frente a ella, tomó su mano y suplicó: — Perdóname mi amor, sé que te fallé una y otra vez, que nunca demostré que te amaba antes, pero lo hago y por eso necesito que me des la oportunidad de demostrártelo, de compensarte por todo, no te volveré a fallar y te daré el lugar que mereces.
Aitana se quedó mirándolo completamente conmocionada, sin poder creer que el orgulloso y frío Rey Alfa Dominic estuviera de rodillas frente a ell