[AITANA]
Me deja caer sobre la cama cuidadosamente y debemos dejar de besarnos por unos segundos los cuales a mi me parecen una eternidad. Muerdo mi labio inferior mientras lo observo detenidamente quitarse la camiseta y sigo sin creer que este hombre escultural sea mi esposo y el padre de mi hija; es tan guapo...
Me sonríe y lentamente se ubica sobre mi sin apoyar su peso sobre mi ya gran panza de embarazada y me vuelve a besar. —Es tan hermosa señora Mendoza...— Me dice entre beso y beso.
Baja por mi cuello... por mis hombros... Comienza a deshacerse de mi camiseta de tirantes y luego baja hasta mis pechos. Mueve mi sujetador a un lado y los besa haciendo que delire.—Matías...— Digo de manera incoherente y