Una Mala Noche 6.

Era él de nuevo, podría reconocer esos ojos azules  se dió la vuelta para subir al tubo y continuar con la rutina; algo era diferente al realizar una pirueta el rubio ya no estaba ahí. El hombre que vió en la mañana y miraba a su hija con calidez y ternura no era ese que estaba mirándole fijamente sin quitarle los ojos de encima con ganas de más y a la misma vez conteniendose, era atractivo y ella no podía dejar de mirarlo sabía que la miraba con deseo pero él se negaba y Noa lo intuía y le parecía gracioso también. Solo esperaba que él no lograse descubrirla.

—Debemos bajar —susurró Violet a las dos chicas en su oído —, es orden del jefe. —Dijo mirando la expresión de su amiga de antifaz azul.

Su  corazón latía acelerado, ese sujeto no podía reconocerla, tenia  un antifaz aún así no se fiaba, hacer esto no era de sus cosas favoritas, pero no tenía de otra.  «de acuerdo terminas esto rápido y nada a pasado Noa no permitas que vea mucho, además está oscuro». Violet y Rose le fulminaban con la mirada ella estaba tardando y no estaba siguiéndolas, solo las estaba retrasando.

Por más que intentase desviar la mirada era imposible, Azul era como un encantador de serpiente. Él no podía tapar el sol con un dedo y de nada serviría desviar la vista, esa mujer era hermosa y esos movimientos tan sugestivos ocacionaban sus más bajos pensamientos.

Dió un respingo en cuanto sintió que alguien tocaba sus hombros, era una de las bailarinas la rubia para ser más específico.

—Tienes lindos ojos —musitó la bailarina de rosa  al rubio en su oído—, vamos relájate Rose no muerde. —Habló nuevamente la bailarina con picardía a un serio Alexander.

Violet mantenía a Francisco entretenido, la pelirroja se sentó en las piernas del castaño, se movía de espacio ocaciondo estragos en  él, la bailarina al ver que ya tenía al hombre en dónde lo quería se levantó de su regazo.

—Ve con el japonés —susurró la pelirroja de ojos verdes a su compañera morena—, son órdenes de Fabrizio.

Se acercó con cautela a los dos hombres de trajes negros, Cameron no le dijo a cual de los dos en específico debía acercarse. Estas cosas no eran de su agrado, Fabio su jefe las  hacía hacer estos  supuestamente *servicios extras", tenían relativamente la opción de hasta donde llegar con esto, pero eso no quitaba que algunos clientes si sobrepasaban los límites, había chicas que estaban de acuerdo en esto porque las ganancias eran buenas pero ella  no disfruto de esto. Evitó a toda costa que Fabio le pidiera  hacer esto.

El más joven de los asiáticos  miraba a La morena de antifaz azúl de manera lasciva, se decía a si  misma que solo sería está noche, después de hoy el club Caleidoscopio sería parte del pasado, un pasado que no valía la pena recordar —eres la estrella de la noche —dijo Takeru  con una sonrisa ladina—. Azul te llaman ¿No es así?

—Así es —confirmó la bailarina acercándose a él—, soy el color azul de este Caleidoscopio. —Repitió las palabras que fabrizio less hacía repetir a sus clientes.

Takeru sacó unos billetes que metió en el liguero de la bailarina, en el proceso rozó la pierna de la morena comprobando lo tersa que era su piel canela bronceada —Si eres complaciente pueden venir muchos más como ese —tomó la mano de Azul atrayendola hacía él, hasta quedar sentada  en  sus piernas—. Vamos preciosa no digas que no, pagaré muy bien por tus servicios. —Dijo sin eoltarla.

Quería levantarse de ahí  y salir corriendo, se dijo a si  misma que no volvería a hacer esto.

—¿Y bien Azul qué dices? —volvió a preguntar Takeru esperando ansioso la respuesta de la morena.

—Joven Shinomoto me han comentado que usted será el sucesor de su padre en los negocios —interrumpió Alexander el trato que el japonés estaba ofreciendo a la bailarina—, se que es solo tres  años menor que yo así que también debe estar adaptándose a los cambios.

Takeru miró con cara de pocos amigos al rubio, Alexander interrumpió el trato que según él la bailarina estaba por aceptar  —no tanto Alexander —respondió Takeru tajante al ver cómo la bailarina se alejaba—, he estado preparándome desde muy pequeño para esto, sabía que en algún momento yo tenía que tomar las riendas del negocio junto a mis hermanos.

Frans que hasta ahora no había opinado por  estar entretenido con Violet, al escuchar a Takeru notó tensión en el ambiente —su caso y el de Alexander es similar, mi primo siempre fue la mejor opción para el consorcio Von Parker, a mi parecer ustedes dos llevarán los negocios entre ambas familias más que bien ¿No es así señor Shinomoto? —preguntó el castaño a Daisuke que tampoco había interactuado mucho en toda la noche.

—Eso espero joven Von Parker, por eso  estamos aquí, ya creo que es momento de retirarnos Takeru —dijo Daisuke poniéndose de pie—, les agradezco la invitación a tan a entretenido lugar, realmente las mujeres de aquí son hermosas.

Alexander se puso de pie estrechó mano con Daisuke y por último con Takeru, en estos dos la tensión aún no mermaba ambos mantenían una mirada retadora.

—Mañana tendrán una decisión Alexander. —Dijo el mayor de los Shinomoto.

Los japoneses se retiraron dejando en la sala vip solamente al par de primos y las dos bailarinas que aún seguían ahí.

Alexander se desparramó en su asiento sirvió más whisky para luego tomarlo todo de un solo trago, estaba molesto tenía la sospecha de que esto no había salido bien "el brillante plan de Frans había fracasado", todo había sido una perdida de tiempo.  Dejó el vaso en la mesa, se levantó acomodó su saco, miró molesto a su primo el castaño entendió que las cosas no estaban bien —es hora de irnos. —Sin agregar más el rubio salió del salón vip sin esperar a Frans.

•••

Estaba molesta con su compañera, ella no entendía la actitud y el conformismo de Noa. Ya el show había terminado estaban en la barra del clud con su ropa habitual, estaban tranquilas pues nadie las reconocía sin sus antifaces y sus trajes atrevidos a la hora de presentarse.

—Otro daiquirí Chris —pidió Cameron molesta—, creo que ni tomando el mal genio se me irá.

—Y ahora menos que llegó el motivo de tu enojo. —Rió una rubia sentada junto a Cameron.

—Ya podemos irnos Cameron, ya estoy lista.

—Vete tú, Noa me quedaré aquí un poco más. —Respondió Cameron con indiferencia.

Sabía que su amiga  estaba enojada por irse y dejar el show antes de la hora, pero no podía seguir ahí, de hacerlo las cosas habrían terminado muy mal.

—Chicas disculpa, se que están molestas conmigo por irme del salón vip antes de tiempo. 

—No te preocupes ese rubio  me tenía muy entretenida no, note que te fuiste Noa, pero no podría decir lo mismo de Cameron a ella no le gustó que rechazaras a ese lindo japonés y su fajo de billetes. —Dijo la rubia tomando un trago de su cóctel de fresas.

—Cristal no podía seguir ahí, es más tampoco quería aceptar ese trabajo.

—Escucha Noa estoy de acuerdo en donde tú elijas con quien quieras acostarte, ¿pero sabes quién era ese sujeto? Te iba a pagar muy bien, Cameron está molesta porque tú y ella no están en posición de rechazar ese extra. —Dijo Cristal haciendo comillas aéreas sin dejar de reír de manera burlesca.

Miró a Cameron  ella rehuyó su mirada, no pensó que era esa la razón de su molestia, honestamente ella creía  que Cameron entendería. Ella siempre supo que llegar a Caleidoscopio no era una libre elección, hacia  esto por necesidad y no por gusto.

—¿Es cierto eso? —ya Cristal le había dado la respuesta, pero aún  quería escuchar de boca de Cameron su respuesta.

La pelirroja se levantó de la barra para encarar a Noa, alguien tenía que llevar a su amiga a la realidad y Cameron creía ser esa persona.

—Escucha Noa ese japonés nos pudo sacar de muchos aprietos económicos, podíamos irnos de aquí —espetó Cameron con irá en sus palabras—, pero no, tú quisiste mantenerte digna y perder una oportunidad de oro solo por rechazar a ese hombre.

—Sabes no te voy a dar explicaciones —las lágrimas comenzaban a salir pero no iba a llorar, no frente a Cameron debía demostrar que en esta vida no hay camino fácil, por elegir el camino fácil terminó en ese sitio—. Cameron no seguiré aquí.

—¿De que carajos hablas Noa? —cuestionó Cameron confusa.

—Tomaré el trabajo de Alejandra —la mirada esmeralda de Cameron mantenía su expresión de sorpresa—, Alejandra aceptó que tomara  su  lugar ya tomé la decisión, Fabrizio tendrá que buscar alguien más para que se convierta en Azul yo me largo.

—Noa espera...

No quería escuchar más, ahora era Noa  quien estaba molesta a Cameron no le importaba nada más, sabía que este ambiente endurece el alma de las personas pero se sintió usada por su  propia amiga.

•••

La sala de conferencias se encontraba en silencio, solo se escuchaba el sonido de los tacones de una mujer.

—Nancy —llamó Alexander a la mujer de traje sastre color negro—, en cuanto Kate llegue dile que necesito hablar con ella sobre el asunto de Luna.

Asintió ante la orden del rubio para luego retirarse de la sala, la mujer dejó la puerta abierta pues Francisco entraba para reunirse con su primo.

El castaño caminaba de espacio, sabía que Alexander no estaba de humor.

—Guten Morgen liebe Cousine —dijo el castaño tomando asiento en la amplia mesa.

—Frans dime algo —habló el rubio en un tono de voz serio—. Aún sigues creyendo que llevar a nuestros potenciales socios a ese lugar fue una buena idea, ¿Si te diste cuenta de la expresión de Daisuke Shinomoto? —cuestionó Alexander con molestia.

El castaño suspiró cansado, para él todo iba bien. Lo único malo esa noche era la actitud de Alexander —Alex no sé que fue lo que tú viste primo —refutó Frans cruzandose de brazos, si algo salía mal no era su culpa—, todo estaba perfecto hasta Takeru estaba extasiado con las bailarinas, pero tú arruinaste la movida que tenía con Azul, hermano el japonés quería a esa preciosa morena, pero el alemán amargado tenía que apoderarse de ti hiciste a Takeru perder su presa, Daisuke percibió la tensión y prefirió retirarse si algo sale mal esto no será mi culpa. —Se defendió Francisco molesto con su primo por intentar culparlo.

—¿Qué tonterías dices? —se defendió Alexander arqueando una ceja—, me da igual lo que Shinomoto y esa mujer hicieran, deja de culparme y ruega porque todo esto resulte.

Nancy entró nuevamente a la sala de conferencia.

—Señor Von Parker los empresarios Shinomoto ya están aquí.

—Hazlos pasar por favor. —Ordemó Alexander a la muchacha.

Dió una última mirada a su primo, el momento había llegado debía mostrar que la decisión de nombrarlo como el nuevo ceo del consorcio Von Parker no era un error.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo