Capítulo 145. Misterioso
—Es bueno saberlo. Nosotros ayudaremos con lo que podamos también…
—Quisiera decir que no hace falta, pero lo cierto es que después de lo que ha pasado, mientras más compañía tengamos, será más difícil que Rávena se acerque.
—Y te advierto que iré a conocer a mi nieto.
—Es bienvenida —le dediqué una sonrisa a mi suegra.
El señor Park sacudió su cabeza, mirando la pantalla.
—En las cámaras no se ve nada de el hombre que dices que viste.
Fruncí mi entrecejo.
—Pero estoy segura de que lo vi.
—Pues… quizá manipularon las cámaras —rascó su mentón —. Todavía no sé cómo, pero lo voy a encontrar.
Agradecí con una leve sonrisa.
—Entonces —me volví hacia mi suegra, que estaba sentada a mi lado —. Dices que se metió a la casa que Daniel compró y nadie se dio cuenta. Ni los soldados que habían contratado.
—No, nadie…
—Esa mujer no tiene límites.
Bajé la mirada.
Rávena siempre había sido así de mala.
Daniel regresó después de cinco minutos, pero llevaba su mirada perdida y su rostro pálido.
—Nena