Serena James
Todos vamos a casa consternados por la muerte de aquel invitado, cuando llegamos a casa, Will recibe una llamada y se marcha sin dar explicaciones, dos más dos son cuatro solo hay dos opciones, o se va con otra mujer, o sigue trabajando para el gobierno en el mejor de los casos…, lo único que sé es que me está engañando.
Por supuesto que no me voy a quedar con esa incógnita, en ambos casos tiene que dar muchas explicaciones, quedamos de acuerdo que no habría secretos entre nosotros.
Se detiene frente a un edificio elegante color gris, hay un par de vigilantes afuera, los saluda con un apretón de manos y continua su camino, ni siquiera cambie mi elegante vestido por seguirlo, respiro agitada y llego hasta la puerta, por donde el entro.
—No puede pasar.— Me dice uno de los hombres colocándose como barrera ante mí, que lo mirto desafiante ¡a mí nadie va a detenerme!.
—Vengo con el señor James.— Le aclaro, ellos se ven entre si, como si dudaran de mi palabra.
—Soy su esposa.—