Serena James
Estoy mortificada luego del mensaje de la señora Daniella, está muy molesta porque no fui con ella al almuerzo al que me invito.
En silencio me subo al automóvil de Will, que quedo en llevarme a la clínica, de un momento a otro recibe una llamada misteriosa, aprieta el volante con fuerza hasta que los nudillos le quedan blancos, estaciona a orillas de la carretera y pronuncia con voz plana –Bájate.—
—¿Estás loco?, Estamos en medio de la nada y no tengo dinero.—Respondo rápidamente consternada por el cambio de actitud.
¡Que te bajes te digo!, no soy un maldito taxi.— Me grita abriendo la puerta desde su asiento, puedo aspirar su olor, y aunque su cercanía me afecta, es un bastardo, ¡no puede tratarme así!.
—No lo haré.— Respondo, el se baja del auto, lo rodea, me quita el cinturón de seguridad, forcejeo con el, para que no lo haga, pero no le importa me saca del auto, cierra la puerta y se va a toda velocidad, abandonándome en un lugar desértico, tomo la dirección opue