44 - Una pieza más del juego.
La noche los abrazaba, el silencia era espeluznante. Volvió a observar la pantalla del celular, y todo indicaba que iban al puerto, `pero no había ningún rastro de ellos.
Ezekiel, quería encontrarla, pero cada vez la señal era más escaza, y la desesperación se apoderaba de él. Aunque, de alguna forma, él no lo demostraba.
— Se están moviendo, y no me quedaré a esperar aquí — informó, en el momento exacto en que la señal se apagó —. ¡Mierda! Ya no hay señal.
— ¿Cómo que la señal se apagó? — preguntó su suegro, incorporándose bruscamente.
Ezekiel miró fijamente el lugar, y sin importarle nada más, caminó hacia adelante, con sus subordinados, siguiéndole el paso, y cuidando que no haya trampas.
— No me quedaré a esperar más. Ya lo he hecho suficiente — manifestó, quitando el seguro a su arma y avanzando.
Arturo asintió y lo siguió. Ese hombre ha demostrado querer a su hija, y daría la vida por ella, por lo que no se rendiría ahora.
Mientras caminaban sobre terreno peligroso, de un moment